
Y si esto ocurre en nuestras comunicaciones personales, podemos intuir que funciona de la misma manera en entornos organizacionales donde la privacidad y la confidencialidad resultan factores decisivos a la hora de comunicarnos con nuestros equipos y, especialmente, con nuestros clientes. Es evidente que el contenido de estas comunicaciones tiene un valor extraordinario para nuestra empresa y tenemos la obligación de protegerlo a toda costa puesto que la vulneración de esta privacidad podría dañar nuestra reputación de una forma extraordinaria.
¿Qué es “Chatcontrol”?
A principios del mes de Julio de 2020 el Parlamento Europeo aprobó una nueva normativa apodada “Chatcontrol” dirigida a luchar contra la pornografía infantil y los abusos sexuales a menores online, pero que según miembros de dicho parlamento que se opusieron a esta normativa facilita la vigilancia masiva y el rastreo de nuestras comunicaciones de forma automatizada, incluso de todo lo que enviemos por correos privados o aplicaciones encriptadas como Whatsapp o Signal.
El problema surge en cómo Chatcontrol va a implantar esta vigilancia en las distintas plataformas y si supone abrir una puerta de rastreo de toda nuestra información.
La nueva legislación del Parlamento Europeo sobre Chatcontrol permite a los proveedores de servicios de mensajería controlar y vigilar nuestros contenidos con el objetivo de poder avisar a las entidades policiales de los países de actividades sospechosas. Eso es lo que marca el texto aprobado, pero muchos activistas por la privacidad creen que no es más que un 'caballo de Troya' para legitimar la vigilancia masiva y automatizada de todo tipo de aplicaciones.
Hay puntos clave como que, al menos de momento, será voluntario ejercer esta vigilancia automatizada por parte de los proveedores o la insistencia en que se trata de un caso excepcional y temporal. Además, lo que acaba de aprobar la UE da cobertura legal a algo que llevan haciendo años la mayoría de proveedores.
¿Cómo nos afecta Chatcontrol?
Según el abogado David Maeztu el nuevo reglamento no hace otra cosa que abrir la puerta a una mayor vigilancia, en este caso para una mayor protección a los menores, y dar cobertura legal a lo que ya hacen las plataformas forma voluntaria. "Chatcontrol abre la puerta, mejor dicho, valida continuar la monitorización masiva de las comunicaciones, con la excusa de la protección de los menores. Teóricamente la situación es limitada en el tiempo, se dan 3 años a esta medida temporal, pero ya hemos visto con otras normas en este sentido que acaban siendo indeterminadas en el tiempo". “Lo que se pretende es validar algo que los prestadores ya hacen de manera voluntaria, pero quieren darle cobertura jurídica.” Todo este paquete de reformas empuja a las plataformas a un control de los contenidos que se publican en ellas sacrificando la confidencialidad de la correspondencia electrónica privada.
En una encuesta difundida en abril de 2021, realizada entre más de 10.000 ciudadanos de 10 países europeos, determinó que el 72% de los participantes estaba en contra del Chatcontrol y que el 18% de los entrevistados lo apoyaba. A pesar de que la finalidad de la norma no puede parecerle mal a nadie, puesto que teóricamente se dirige a la protección de nuestros menores, deja en manos de los proveedores de mensajería instantánea una capacidad ilimitada de intrusión en nuestra privacidad y pueden hacer un uso indebido de la norma rastreando nuestros contenidos y actividad con otros fines. Al tratarse de una norma voluntaria, en ēllu no la aplicamos y protegemos tu comunicación de forma que solo tú y el/los receptor/es tengáis acceso a vuestros contenidos, evitando su monitorización y salvaguardando vuestra privacidad que es una de las razones de ser de nuestra marca.