¿Qué son las autolesiones y por qué ocurren?
Ya hemos visto que existe una correlación más que evidente entre el uso de ciertas redes sociales y la salud mental de sus usuarios, pero hay un dato aún más revelador que apareció recientemente en distintos medios y es el significativo incremento de casos de autolesión entre niños preadolescentes y adolescentes. Existen, por tanto, claras evidencias de que las autolesiones son una conducta emergente vinculada al uso de ciertas redes sociales.
La autolesión es el acto de dañarse deliberadamente el cuerpo como respuesta ante un dolor emocional, de manera que ese daño físico autoinflingido compensa de manera momentánea la ira o la frustración de la persona.
¿Qué relación existe entre las autolesiones y el uso de redes sociales?
El Hospital Vithas Medimar de Alicante ha constatado que las autolesiones son una conducta emergente relacionada con el uso de las redes sociales entre adolescentes hasta tal punto que en los últimos meses se ha convertido en el mayor motivo de consulta de la especialidad de piscología. La psicóloga Tamara Pascual, de PsicoActúa, Unidad de Psicología y Medicina de la Salud del Hospital Vithas Medimar, explica que “esta incidencia se mantiene en auge desde hace años, ligada al incremento en el uso redes sociales, internet, etc. que ha expuesto al menor a ser visible ante muchas personas, contenidos y comportamientos sin conocer la manera de afrontar esa información o las relaciones sociales más allá de la pantalla”.
¿Qué esconden las autolesiones en adolescentes?
La autolesión esconde una mala regulación emocional de la ansiedad, del estrés o de la gestión de los conflictos. “Lo que expresan cuando se producen una lesión es un claro mensaje de ayuda, de que algo no está yendo bien y usan esa autolesión para desahogarse. Al hacerlo, sienten un alivio emocional debido a que el cuerpo genera endorfinas y una serie de hormonas que disminuyen el dolor físico, dura poco, pero ese pequeño alivio físico es lo que les mantiene en esa conducta”.
“Mira lo que me he hecho” en Instagram
A pesar de que, desde febrero de 2019, tras el suicidio de una menor en UK, Instagram es consciente de este problema y ha implementado herramientas para la detección de situaciones que deriven en autolesiones o
incluso en suicidio, los usuarios siguen encontrando en esta red social un canal de difusión para este tipo de contenidos. El equipo de Jacobo Picardo, de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda, ha revisado las investigaciones publicadas durante los últimos 10 años acerca de los contenidos sobre suicidio y autolesiones en Instagram. Desde principios de 2020, se han publicado 10 estudios sobre esa temática que mostraron que esta plataforma era un sitio popular para publicar contenido sobre autolesiones, con representaciones de cortes, generalmente en los brazos o las piernas. Los usuarios de Instagram que publican contenidos sobre autolesiones están eligiendo hashtags ambiguos en un intento de eludir la prohibición de Instagram de difundir contenidos nocivos.
Picardo alerta de que han surgido comunidades online alrededor de estos hashtags, permitiendo a los usuarios atraídos por las autolesiones o el suicidio reunirse online.“La capacidad de Instagram para marcar este tipo de contenidos es limitada porque los hashtags evolucionan más rápido que la velocidad máxima a la que pueden ser rastreados y evaluados por los moderadores de contenidos de la plataforma". Instagram está estudiando nuevas tecnologías, como el uso de algoritmos de inteligencia artificial para el reconocimiento automático de imágenes sospechosas, lo que sería de gran ayuda para identificar ese tipo de conductas. Sin embargo, tal como señala Picardo, hay una falta de consenso sobre la mejor manera de enfrentarse a este contenido. "En general, el contenido sobre autolesiones en Instagram recibe un alto volumen de participación y atención de la audiencia".
Del efecto “llamada” al de “bola de nieve”
Aunque la reacción más habitual de los usuarios de Instagram ante la
sospecha de que otro usuario planea suicidarse es intentar impedir que lo haga, los resultados de algunas investigaciones hacen temer que algunaspersonas que ven el material publicado por la persona que está pensando en suicidarse reciban una influencia psicológicamente negativa de tal material: existe el riesgo de que ese contenido pueda provocar que otros se autolesionen, así como perpetuar esa conducta al normalizarla y validarla y al compartir métodos de autolesión y consejos para ocultarla. Por otro lado, teniendo en cuenta la naturaleza de estas plataformas dónde los retos se contagian y dinamizan a una velocidad extraordinaria, también existe la posibilidad de llevar esa imitación un paso más allá como si de un desafío se tratara, ya que sería una forma de elevar el impacto de este contenido sobre el resto.
¿Las redes sociales pueden tener otro cometido?
Las redes, lejos de convertirse en enemigos de la salud de los menores, deberían cumplir la función opuesta, es decir: ser una herramienta que permita estar más cerca de los nuestros cuando su salud física o mental corra cierto riesgo para ayudarles a superar ese momento. Ese es precisamente uno de los ejes sobre los que construimos ēllu, el de generar una red social de confianza donde más que contactos o “friends” la compongan personas que verdaderamente se preocupan por otras personas, proporcionando privacidad junto con la diversión que ofrecen otras redes sociales y, al mismo tiempo, seguridad y protección de quienes más queremos.
